Revolución en la contracepción

María Agud Fernández

Abstract

Durante la segunda mitad del siglo XX existió mucha preocupación por el crecimiento exponencial de la población y las consecuencias esperables. La investigación en el terreno del a contracepción estaba en auge, con gran inversión en ello. A finales del siglo XX la situación era diferente. La fertilidad decaía y la producción agrícola mejorada podía hacer frente al crecimiento demográfico. Los activistas se quejaban de los aspectos coercitivos y anti-feministas de la contracepción y la inversión cesó.

Sin embargo, el crecimiento continuado de la población sí que ha creado problemas que no se predijeron entonces. El aumento del nivel atmosférico de gases con efecto invernadero producto de la actividad humana contribuyen al calentamiento global. Los desperdicios de las mega-ciudades, agricultura intensiva e industrias ganaderas contaminan la tierra, aire y agua. La destrucción de los recursos de bosques y océanos destruye los hábitats naturales y muchas especies están sufriendo un declive catastrófico. Se espera de un 50% de las especies existentes se extingan para 2100.

Ahora hay 7,7 billones de personas sobre la tierra, que serán 9 en 2050 y probablemente 11,2 al final del siglo XXI. Estas cifras dependen de algunas variables como la superficie de tierra cultivable, la cantidad de agua o los hábitos dietéticos humanos.  La OMS, los Acuerdos de París y otros movimientos ya están dando la voz de alarma y emprendiendo medidas. También el aspecto del crecimiento de la población está recibiendo atención, especialmente en los países menos desarrollados, empoderando a las mujeres y niñas y tomando medidas de planificación familiar. Los métodos actuales son la esterilización, la terapia hormonal, los métodos de larga duración como dispositivos intrauterinos o implantes y los métodos de barrera femeninos y masculinos. Sin embargo, todos ellos tienen inconvenientes y la mayoría requieren prescripción médica excepto los preservativos.

De los 210 millones de gestaciones anuales se calcula que al menos un 40% son no deseadas y 30 millones terminan en aborto y 50 millones producen nacimientos no planeados. Esta tasa de gestaciones es similar en países desarrollados (47%) y no desarrollados (39%). Un número muy alto de éstas se produce en mujeres jóvenes solteras, con frecuencia sin acceso a educación sexual. Son responsables del grueso de la mortalidad materna e infantil y de la generación de pobreza y mala salud. Se requieren medidas contraceptivas más accesibles y eficaces para combatir este problema. Parece el momento propicio para una nueva revolución contraceptiva que proporcione opciones a diversas poblaciones que no se benefician de los mecanismos actuales. La inversión realizada sería compensada por el ahorro en atención sanitaria y en costes atribuibles a los daños ecológicos de la sobrepoblación. El gel vaginal con actividad espermicida potente sin receta podría ser una opción, así como los métodos para varones, con píldoras, geles y parches que supriman la espermatogénesis que están en desarrollo. Se requieren métodos con protección dual frente a gestación y a infecciones de transmisión sexual, con terapia antirretroviral, hormonal y anticuerpos monoclonales frente al esperma, VIH y otras infecciones.

Nuevos descubrimientos en este terreno mejorarían la salud y el bienestar de las mujeres y sus familias y podrían ayudar a estabilidad la población.

Publicado
08-10-2019