Estrategias para reducir las muertes por sobredosis de opioides
María Agud Fernández
Abstract
Norteamérica está sufriendo la crisis de sobredosis de drogas más serias de su historia. De 1999 hasta 2015 las muertes por sobredosis se han triplicado y la mayoría implican un opioide. En 2016 se produjeron 64000 muertes por esta causa: más que el número de soldados estadounidenses muertos en la guerra de Vietnam. La esperanza de vida ha sufrido el mayor declive desde 1993.
Los orígenes se deben a la sobre-prescripción de analgésicos opioides, pero en los últimos años la muertes debidas a opioides sintéticos ilícitos (como fentanilo) han superado a las producidas por analgésicos prescritos y la heroína.
El autor propone fijar la mirada en las medidas que el gobierno de Canadá ha tomado. Por ejemplo, en 2016, la naloxona comenzó a estar disponible sin prescripción, en lugar de la persecución criminal que supone en EEUU a los sanitarios la prescripción de este fármaco e incluso la posesión. Además se han puesto en marcha instalaciones para la inyección de opioides con supervisión médica, que pueden reducir en más de un 30% las sobredosis con resultado de muerte y dirigir a estas personas al tratamiento de su adicción. Se ha elaborado una guía de uso apropiado de estos fármacos, priorizando los compuestos de liberación breve como la morfina oral sobre los que liberación prolongada. Además se realizan análisis de composición de drogas adquiridas de forma ilícita. Se ha descubierto que algunas muertes por sobredosis se deben a la adición de fentanilo a la cocaína.
Hacer frente a esta gran crisis con medidas políticas valientes es una prioridad.
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